martes, 29 de marzo de 2011

DARLE MAS ESTILO A NUESTRO AUTO

Esta nota pretende simplemente transmitir algunos criterios aplicados en diseño de productos, que bien pueden ser volcados para el diseño de accesorios y modificaciones para autos tuning. Si bien la personalización está sujeta al gusto de cada persona (que no puede criticarse), algunas pautas ayudarán a que ese gusto se canalice correctamente y se logre un diseño tan personal como “armónico”.
Uno de los ejemplos más frecuentes es la adopción de un rasgo o elemento de diseño que nos gusta para nuestro propio auto. Las adaptaciones son posibles, pero mantener la independencia de cada parte logrando que se hermanen con gracia suele parecer imposible... y no lo es.
Un factor fundamental a tener en cuenta es cómo lograr adaptar algo ajeno a nuestro auto. Una buena alternativa de solución consta de estudiar los rasgos de nuestro coche y los del modelo que nos sirve de inspiración. Buscar puntos en común suele ayudar.
¿Qué puede tener en común un Corvette con un Volkswagen? A simple vista absolutamente nada, pero con el ojo crítico podemos ver entre líneas... Por ejemplo, si nos gustan los respiraderos tipo branquias de un deportivo, podemos comenzar por estudiar las características de la superficie sobre la que se encuentran, la posición en el auto, la relación de aspecto y proporción entre esas “branquias” y otros detalles, etc.
Este proceso minucioso permite importar detalles estéticos logrando correctas adaptaciones, y no espantosas sumatorias de elementos desconectados entre sí. Un buen ejemplo se da en los pequeños autos con capó de fibra de vidrio imitando las formas de las salidas de aire del Ferrari F50. Si la adaptación de esos canales de aire se adaptan al tamaño del coche a modificar y a sus radios de curvaturas, entonces puede obtenerse un resultado vistoso y correcto.
Resulta curioso como suele no aprovecharse los mejores detalles del auto a modificar. Es común ver alerones anclados en superficies inconvenientes y tomas de aire en lugares poco apropiadas, que demandan reformas más profundas, mayor gasto de dinero y peores resultados.
Más para tener en cuenta: la altura del auto con respecto al suelo. Cuanto más bajo el coche mejor luce, pero mayores serán sus chances de romper esos inmensos faldones de fibra de vidrio en cunetas pronunciadas o incluso en accesos irregulares. Una buena solución consiste en considerar la posibilidad de acortar la parte inferior de los voladizos tanto como se pueda. Un auto sin raspones o fisuras lucirá siempre mejor...
Otra buena idea es contratar a un dibujante para que realice algunos bocetos de las alternativas de rediseño. Así tendremos una idea un poco más tangible del proyecto a ejecutar, que siempre será mejor que una idea que nunca vimos.
Un sano consejo es SIEMPRE intentar evitar modificar o sustituir partes que cumplan con una función estructural en el auto. Por ejemplo, puertas con refuerzos a la altura del conductor, paneles curvos que absorban energía en impactos o parantes de rigidez del habitáculo.
Hay muchos detalles de la construcción del automóvil que el común de las personas ignora, y su modificación sin conciencia puede acarrear consecuencias negativas.
Para finalizar, asesórese sobre las legislaciones para vehículos en su país, ya que habrá detalles reglamentarios a tener en cuenta como ubicación de luces de posición, distancias mínimas entre faros y fin de parachoques, etc.

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